Tal vez la soledad ganó esta batalla,o quizás las armas con las que jugabas no eran blancas.
no nos queda ya;nada más que el simple recuerdo de una lucha,una lucha por la que lo dí todo,desde mi brazo a torcer,hasta el bolsillo de la chaqueta marrón,donde guarde todo lo que un día me hizo feliz;ahora solo somos amantes de promesas incumplidas,ex-drogadictos de miradas,del vapor que susurraban nuestros labios al besarse,de las caricias con sabor a chocolate,de nuestros corazones amueblados a altas temperaturas.
eras la sonrisa que me despertaba cada mañana suspirandome entre los pequeños huecos de tus dientes,aquellos por los que dí tantos paseos,incontables;como el numero de veces que te dije que te amaba,mientras tú te despedías con un suave beso en la mejilla.
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